miércoles, 22 de mayo de 2013

“Al mismo tiempo comprendí que la base de su pesimismo no era desprecio del mundo, sino desprecio de sí propio, pues si bien hablaba sin miramientos y con un sentido demoledor de instituciones y personas, nunca se excluía a sí , siempre era él mismo el primero contra quien dirigía sus flechas, era él mismo el primero a quien odiaba y negaba…” — El lobo estepario, Hermann Hesse

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