martes, 21 de mayo de 2013

Nunca fue una tarde cualquiera. Sus besos, sus caricias, sus risas, sus latidos, sus movimientos, sus cabellos enredados entre mis dedos, su cuerpo semidesnudo; sus ojos perdidos en mí. Para aquellas tardes que fueron nuestro presente y que ahora quedan en recuerdo.

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